“Centinela callado de sueños
donde el alma se despereza”.
Y en un pobre retal…
Voy cosiendo recuerdos
Con los hilvanes del tiempo.
Que hace asomar la angustia,
para acabar en consuelo.
¡Remiendos de indiferencia!
¡Zurcidos de vanidad!
Corto un patrón a mi vida
Con tijeras de olvido.
Y enebro la aguja de la experiencia
con el hilo del tesón.
Una hebra larga, generosa, confiada.
Descosiendo los errores
para un volver a empezar…
Con el dedal del empeño.
De la cesta del vivir
elijo el color apropiado.
Y sobrehilo los deseos
Con pespunte del mañana.
Algún día, perfilaré
los bordados del alma.
Mientras tanto…
Sólo doy puntadas.
“Abotona el ojal de tu corazón
en un completo abandono”.
En reconocimiento a las amas de casa.