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domingo, 5 de mayo de 2013

LA MADRE TIERRA




Estaba yo pensando por una vereda aledaña a casa, cuando de repente oí como unos gemidos de llanto y dolor, callaron por un instante, y fue entonces cuando escuché un leve seseo, un chistar justo, justo, bajo mis pies...
Y si, era la madre  tierra, la noble y matriarcal Era. Esta, se dirigía al más innoble de sus hijos, o sea yo.
No creí merecer tal honor y contesté asustada, a la vez que anonadada por la situación tan embarazosa, y sublime al tiempo.
Yo.- "¿Quién eres?" Contesté con voz temblecona, sabedora de lo tan trascendente que estaba viviendo.
Tierra.- " ¡Soy yo! Tu madre tierra que te habla al oído del corazón. ¿No me reconoces tú tampoco?
Tenía esperanzas de que tú al menos...escucharías mis lamentos con la tranquilidad y sensibilidad, de quien posee un corazón limpio y sincero."
Yo.- "No te has equivocado, mi queridísima madre, pero ¿por qué yo, que soy casi un gusano? Sin menospreciar al señor gusano, por supuesto.
 Tierra.- " Porque tú posees la esencia del ser, la impronta del existir...y el tierno corazón de un niño, por eso."
 Yo.- " Vale, si tú lo dices..."
Tierra.- " Verás estoy un poco angustiada, por lo que acontece últimamente por aquí, ya no se respetan las leyes naturales y sabias que impuse a golpe de siglos, rubricados con mi propia sangre salida ésta, de las profundidades de mi ser...de mis entrañas.
Da lo mismo que mueran niños inocentes, en lo que osáis llamar sucesos bélicos puntuales, que no es más que una guerra cruel y sangrienta encubierta.
Estoy harta de ensuciar mi rostro, con la sangre de inocentes por vuestra beligerancia y desprecio al próximo-prójimo.
No comprendo la obcecación en amontonar riquezas, que perecen y de nada sirven, pues yo os acojo conforme nacisteis, sin nada, en cueros...
Sin olvidar claro, el saqueo continuo y desproporcionado de materias primas, o sea mis alhajas, que guardo  con tanto esmero para generaciones futuras.
Me estáis expoliando en nombre del " bienestar social", cosa que no conocéis por cierto."
Yo.- " ¡Ten paciencia madre mía! Pues tus hijos andan un poco atolondrados, de aquí para allá, sin saber ciertamente lo que llena su corazón."
Tierra.- "¿Su corazón? Pero si hace ya tiempo que no escucho su latir  acompasado al mío.
Se le olvidó abrazarme, besarme, acariciarme...antes era más primitivo, pero más humano."
Yo.- " Dale una oportunidad más para enmendarse, por favor; recapacitará y volverá a mirarse en tus maravillosos ojos, llenos de luz y color."
 Tierra.- " ¡Que ingenua! Pecas de inocente, tú aún crees en la bondad del hombre, pero yo casi que no, pues he visto durante muchos siglos lo que es capaz de hacer en su ignorancia.
Soy como una bella dama, que en su plenitud le arrancan a pedazos sus vestidos y mancillan, hasta dejarla enseñando sus miserias sin importarle nada en absoluto."
Yo.- " ¿Nada, nada? ¡ No por Dios !
Tierra.- " Tú lo has dicho, ni por Dios... ese que antes mantenía un poco de orden, ha quedado obsoleto, no mola, como dicen ellos. Hoy le ignoran y se mofan de él, de sus dioses...ridiculizan su hacer, no creen en nada, solo en ellos mismos erigidos como dioses del Olimpo...
¡Pobre Olimpo y pobres dioses!
Mezquinos hasta la entraña, vomitan destrucción y  hediondez por donde pasan, volviendo cloaca cuanto les rodea.
¿No me crees? ¡Ven, te lo mostraré!"
Yo.- " De repente se abrió ante mí un abismo inexpugnable, con unas interminables escaleras que se perdían en la lejanía...
Daba mucho miedo el mirar hacia abajo.
Tierra.- " Mira, aquí te abro mis entrañas para que veas y te convenzas; ven posa tu mano en mi ensangrentado costado y cree por fin ".
Yo.- " Alargué mi mano y toqué sus carnes, una tierra que parecía terciopelo...empapada toda en sangre, manchándome
sin remedio."
Tierra.- " ¿Te convences ahora, o no? Hasta aquí llega la sangre derramada por su horrendo hacer; jamás pensé que mis hijos, mis propios hijos me hirieran de muerte.
Antes mantenía mis dos polos fríos, o sea mi cabeza y mis pies, y ahora se lo están cargando todo, me desgajo como una pipa, me resquebrajo a velocidad de crucero, y nada importa solo su propio bienestar...ya sabes.
Bombean la sangre de mis entrañas, para untar su corazón con el betún de su codicia. ¡Negreros de conciencia!
¿Para qué vuestras petroleras, cuando un niño se muere por falta de agua?
Mirad vuestro corazón negro, como el liquido que me usurpáis sin mesura alguna."
Yo.- " Si, pero el petróleo ha traído el porvenir, el desarrollo, la industria...etc".
Tierra.- "¿Tú crees ? Hija mía, que ingenua eres pensando así.
El porvenir, no lo trae el dinero sino el conocimiento.
Y te puedo asegurar que en esto, nadie ha superado a los antiguos griegos, que esos si sabían y me conocían bien, con alguna imperfección que otra, pero en fin.
¿Qué puedo esperar de quienes matan en el seno materno a un igual, alegando política familiar o salud sexual ? Majaderías, se ahogan en su propia mentira.
Y a sus sabios ancianos les recluyen en residencias, porque dicen estar mejor, serán ellos claro; eso los más afortunados porque otros no llegan y perecen a manos  de la fría y cruel Eutanasia, o muerte digna ¡Que eufemismo!
No hay nada más indigno del ser humano, que quitar la vida.
Entonces deja de ser humano, para convertirse en una bestia inmunda.
Nada vale una vida... es moneda de cambio.
Sociedad corrompida. ¿Qué puedo hacer contigo, para que abras los ojos a la vida?
Te castigaré con alguna pandemia, a ver si escarmientas.
Pues dicen que el loco, por la pena es cuerdo."
Yo.- " No, por favor espera un poco más, que termine el siglo y hablaremos, dale una oportunidad, pues tú eres madre, aunque él no sepa ser tu hijo".
Tierra.- " Sabias palabras...así lo haré, mientras seguiré sollozando por las esquinas de mi existir, sin hallar consuelo alguno a mis miserias."
Yo.- " No digas eso, yo siempre te escucharé de mil amores, y me abrazaré a ti en mi último día...con la confianza de un niño a su madre".
Tierra.- " Que así sea mujer".


Y se marchó cabizbaja por los caminos del destino... Tú destino.







En profundo y sentido reconocimiento, a todas las madres del mundo.