En hablar sin decir
con mirar sin ver,
y oír sin escuchar…
Es como pensar sin hacer
tocar sin sentir,
para probar sin degustar.
Sólo a una cosa me niego.
¡Vivir sin amar!
He saboreado el néctar de la vida,
envuelto en amargo brebaje.
Y una lágrima cautiva,
me sirve de consuelo.
Me equivoqué al nacer…
Y quizás me equivoque al morir.
¡Pero no al amar!
Porque cuando amo…
Mis entrañas de mujer se abren.
Y mi corazón exhala lo mejor de mi…
Aquí tienes mi alma, todo mi ser.
Si no comprendes esto…
Mejor ni lo intentes.
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