Porque es a la sombra de un deseo,
cuando mi alma, saborea los matices
del más puro abandono.
Ahí, donde sangra el corazón
y las heridas, tiñen la esperanza del mañana
... Siempre incierto, nunca acaba.
Apago mis sentidos, para entrar
en lo más profundo de mi ser,
donde no cabe el entender, y el por qué, se hace olvido.
En la noche de mis días,
me cubro con el manto
de la soledad amiga.
Que abriga mis temores
y acuna mis sueños,
como nodriza vigilante.
Déjame sentir, el suave roce
de tu piel al rocío,
con el beso callado...entre dos mundos.
Sólo un instante... La Eternidad.
¡Déjame sentirte! Amada.
... Mi Paz.
Para quienes buscan la Paz de su alma.
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