¿Quién puede medir la pena
de un corazón herido?
Me estoy muriendo por dentro,
en un più adagio.
Atrapada en esta lágrima
que escapa a la razón...
De un "Muero porque no muero".
Y vierto en la vasija de mi vida
unas gotas de esperanza,
que a la amargura encontrada
dará un cálido beso.
Me he asomado al pozo de la verdad,
para contemplar que todo es mentira.
¡La vida y la muerte!
¿Qué más da?
Si la vida es muerte...
Y la muerte...vida.
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