Mi cuerpo calla,
pero mi alma…
Aguarda tu callado beso.
Un beso, que le hará eterno.
¡Todo es música!
¡Todo vida en movimiento!
La danza sagrada de la creación,
que dioses y hombres, comparten
en desigual ventura.
Quiero afinar mis sentidos
con el diapasón del abandono,
que tensa las cuerdas del alma
en un temperado sentir…
¡Que es vivir! Cuando se ama.
¡No quiero vivir muriendo!
¡Quiero morir viviendo!...
Esta dulce melodía
embrujo de musas, en ciega obediencia.
A tempo adagio,
saborear los matices
de un affrettando amor,
que en pianissimo languidece.
Lo que un corazón binario
se atreve a marcar…
¡El compás de la vida!
Prisionera queda la muerte,
en doble barra final.
Y todo ello oculto…
Tras un tic-tac acompasado.
¡Oh pálpito de vida!
¡Mi dueña, mi verdad!
Para todo aquél que se estremece, ante el sentimiento
más puro del ser humano.
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