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domingo, 27 de enero de 2013

LA AGUJA MÁGICA



Era un frío y tembloroso día de invierno el primero del año; de pronto recordé que aún me  quedaba un regalo por abrir, sí muy peculiar, pues no traía remitente alguno a quien agradecer tal favor.

Pero en fin entrados en faena, abrí el misterioso regalo tan cuidadosamente envuelto, y cuál fue mi sorpresa al percatarme que era un vulgar y viejo costurero parecido al de mi abuela, entretejido de mimbre a la antigua usanza, cuya redondez no distaba palmo y medio de diámetro.

Me llamó la atención un pequeño aro  para abrir la tapadera, con un floripondio de fieltro encima y dos asas generosas a los lados como si despatarrado dijera descaradamente: " Aquí estoy yo". Nada más abrirle contemplé un estampado finísimo en azul, por todo su contorno como si de una enagua se tratara; pero lo que llamó poderosamente mi atención fue el acerico colgado sutilmente de la parte inferior de la tapadera, como flotando en un abismo de bobinas de color confundidas con el arco iris.

Su disposición era milimétrica, de mayor a menor a modo niños en fila del cole, militarmente dispuestos.

Al mirar hacia abajo la mirada se perdía entre los accesorios pertinentes a tal quehacer...que no era otro que el de coser.

Yo la verdad soy neófita en esta tarea, pero en fin todo hace falta en la vida y esto aunque un regalo humilde, pensé...también.

De repente, posé mis ojos antes de cerrar tan peculiar costurero en una aguja, muy significativa, pues destacaba de las demás en color, diríase a simple vista que era dorada.

Efectivamente me percaté de ello al cogerle entre mis torpes dedos para acercarle a mi rostro, y cuando me dispuse a frotarle con un pequeño paño que se encontraba aledaño a dicha aguja, ésta refulgió sobremanera deslumbrándome. Al instante me dijo: "¿Qué ocurre aquí?"

Yo tan curiosa como siempre rumié¿ será imaginación mía? Y no, al frotar de nuevo insistentemente, ésta exclamó con voz de sopranina:" Ya está bien de restregones, a ver si eres un poco más delicada conmigo. Después de tanto tiempo dormida no le gusta a uno que le sobresalten de este modo¡ Ah! Y cierra esa boca que pareces boba".

Efectivamente mi cara debía ser un poema, pero al revés.

Yo cavilaba: "¿Estaré soñando o estaré despierta?".

Ella, leyendo mi pensamiento se deslizó suavemente y fue directa al dedo pulgar, clavándose  en su mejor modo como una aguja.

"¡No estás dormida!" Exclamó: "Espabila, haber si tienes sangre y no horchata como alguna que yo conozco". Y si resultó que era sangre, y mucha por cierto.

Bravuconeaba con voz autoritaria, cortante como un cuchillo jamonero... "Tú y yo tenemos mucho de qué hablar".

(Aguja)_"En primer lugar alegra esa cara, pues eres afortunada al ser elegida entre tantas".

(Yo) _"Pero si no se coser"...

(Aguja) _"Aquí no hay peros que valgan, son todo manzanas. ¿Te enteras?

"Vamos a ver, y ya en serio. Has sido elegida para coser las heridas del alma y yo, seré tu instrumento". (Yo)_"¿Las heridas del alma?" repetí asombrada. (Aguja) _"Sí, eso que hoy anda tan mal parado en la humanidad, muchos corazones rotos esperan el consuelo de un triste remiendo que yo le procuraré con el mayor acierto"( concretó).

Llegados a este punto toca presentarse:

(Aguja) _" Me llamo Estrella..."
(Yo) _" Estrella,( pensé: Dña. Quisquilla sí que es) como una profesora que tuve que me ponía a andar por el pasillo con un libro sobre la cabeza, porque no andaba erguida. Si me viese ahora se daría cuenta que no he cambiado mucho que digamos".

Aún no había pensado en la segunda silaba, cuando mi boca enmudeció cosida en tal manera que no podía decir ni mu.

(Aguja)_" Haber si aprendes de una vez. Eres bastante torpe ¡eh!".

Dando un salto malabar se colocó en el altillo de la mesa, donde era bien visible y así comenzó su presentación oficial:

(Aguja)_"Como acabo de indicar, y si me prestas un poco de atención una vez más, mi nombre es Estrella. Entonces se me descosió la boca y pude hablar.

(Yo)_"Estrella ¿por qué?"

(Aguja) _"Porque estoy hecha con el polvo de las milenarias estrellas, y estas cosidas al manto del universo, tejido a su vez en la rueca de los dioses con el hilo del infinito Amor". "Sí, yo soy Estrella, porque me compongo de esas minúsculas partículas, estornudo de dioses por el cosmos creado y contemplo su resplandor hasta el fin de los tiempos. Por eso mi destello es similar a su titilar , y coso con el hilo invisible del Amor... Cobrando vida ante la bondad de un corazón generoso y tierno, que sólo sabe amar...como el tuyo".

"De ahí que cada vez que recuperes un corazón herido poniendo el remiendo del amor y éste sane, buscará su estrella en el firmamento, que no es sino su alma inmortal por toda la eternidad".

(Yo)_¡Vaya ! Exclamé anonadada ante tal relato. "Yo que iba a estudiar un poco de inglés, ahora resulta que tengo que aprender a coser..."

(Aguja)_"No te apures" me contestó en tono más distendido, "que esta asignatura no pincha"( guiñando a la vez el ojo).

"Ya verás lo vamos a hacer superbién".

(Yo)_"Me revienta lo de súper, ¿ sabes". A lo que me increpó descaradamente diciendo:

(Aguja)_ "Hay, Dña. delicada y fisna, que te has criado debajo de una coliflor, no eres más que una pobre chica de la huerta, ¿Te enteras?

(Yo)_ "Sí" Le contesté con la rotundez de un relámpago.

(Aguja) _"Di que sí. Por eso estoy yo aquí contigo, y por otras que me reservo hoy en decir".

De nuevo reconciliadas le digo:

(Yo) _"¿ Por dónde empezamos?".

(Aguja)_"Por este mismo, que tiene un resacón de mil demonios".

(Yo)_ "Claro anoche fue Nochevieja".

(Aguja)_ "No, pesada.  El suyo es del alma" "¿Te enteras tía?"

(Yo)_ "Yo no tengo sobrinos ¿sabes?".

"Está visto que siempre vamos a estar así, pues vale, será divertido cuanto menos", pensé...

(Aguja)_"¡Ay!, los pinchazos que vas a llevar... Anda ponte el dedal en el corazón y vamos a la tela..." "Que sólo escribes majaderías y es hora que aprendas un buen oficio, como diría tu madre..."

(Yo)_ "Sí. ¿Cuál?

 (Aguja)_"El de remendona del corazón".

"Para ello has de coger:

-El dedal de la confianza en ti misma.

-La cinta métrica de los días vividos.

-El jaboncillo que señala el camino a seguir.

-El punzón de la insistencia y tenacidad.

-Los hilos de las distintas opciones.

-El papel calco que dejará tu impronta en todo.

Cuidado con las otras agujas, que te clavarán su envidia.

Y así, coserás con la aguja de oro en tu destino con el hilo imperceptible de la voluntad.

"¡Dichosa tú! que encontraste esta aguja en el pajar de la vida".

"Hilvana bien  el misterioso hilo del alma, y zurce a cuantos lo merezcan el remiendo de un desinteresado Amor".

 

 

 

 

 

 

 

 

Intenta dar alguna puntada con esta aguja y nunca fallarás. 1/1/2013.

 

 

 

 

 

 

 

 

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