Sagrado manjar de dioses,
que entre mis labios te recreas
revestida de purpura, nobleza de un ayer
que aún hoy, enseñoreas dadivosa.
¡Malum Granatum!
Busca en tus recuerdos
la cuna donde naciste… tu linaje.
Vientos lejanos soplaron,
sobre galeras fenicias.
Hasta mi, hasta mi tierra llegó tu estirpe.
Tu aroma, embriagador perfume
de sensual caricia…
Despierta aletargadas pasiones.
¡Y es tal tu belleza!
Que das nombre a ciudades,
consortes damas… que acicalan
su haber, en desmedido propósito.
Un solo grano…
Rubí que adornas mis manos
que acarician, lo que el paladar añora.
Y es que aquí, y en buena hora…
Te desgajo como a mi vida,
hasta embriagarme en tu esencia
como efluvios de mujer…
que siempre, siempre, dejan huella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario