He mirado al mal a los ojos…
Y me ha cegado su abominación.
¡Crueldad sin límites! ¡Abismo de desesperación!
Se me hiela la sangre, aterida en horror.
Cuando se abren las puertas del Infierno,
sólo cabe temer una cosa:
¡La destrucción total!
La aniquilación del hombre y con él, su raza.
¿Dónde estáis falsos profetas?
Alimañas, que corréis con vuestra ignominia.
Entrañas carcomidas, despojos pestilentes.
¡Mirad vuestra obra, contemplad vuestro hacer!
Convertisteis en lobo al hombre…
Para el hombre.
Nunca saciareis el ansia de poder,
inoculando el veneno del odio y fanatismo.
En vuestras pupilas se refleja
la antigua y nueva Jezabel,
meretriz a cuyos pechos…
Se amamanta la Bestia.
No escapareis de vuestro pecado,
la condena será eterna.
No miréis al cielo, que no os escucha,
seréis devorados por vuestra propia maldad.
Entonces será mi hora…
Entonces y sólo entonces.
¡Hallaré la Justicia! ¡Hallaré la Paz!
Mientras… oro en silencio.
En el advenimiento de la VERDAD.
A todos los malvados de este mundo, que es mi mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario